Traducir

domingo, 8 de julio de 2012

La epidemia de obesidad esta ligada a importantes problemas de salud y ante este fenómeno de impacto mundial, la búsqueda de medicamentos para luchar contra el sobrepeso ha sido un camino sembrado de fracasos


Según un informe de la ONU, alrededor de 1.300 millones de personas padecen obesidad o sobrepeso en el mundo. La epidemia de obesidad esta ligada a importantes problemas de salud y ante este fenómeno de impacto mundial, la búsqueda de medicamentos para luchar contra el sobrepeso ha sido un camino sembrado de fracasos, a pesar del extraordinario "interés" que despierta en la industria farmacéutica y los gobiernos, como demuestra que esta auténtica epidemia sigue extendiéndose.

Trece años después, de que la agencia estadounidense aprobase un nuevo compuesto contra el exceso de peso de consumo continuado a largo plazo, lo que sucedió en 1999 con Xenical, el nombre con el que Roche bautizó al principio activo del medicamento (la molécula orlistat) la Agencia del Medicamento de Estados Unidos (FDA) anuncia la revisión de autorización de la molécula, denominada lorcaserina (Belviq en su nombre comercial estadounidense y más conocida como Qnexa).

Encontrar un medicamento contra el sobrepeso y la obesidad, ha sido y esta siendo, una tortuosa "carrera" para muchas familias y sin duda, especialmente para las familias Prader-Willi. De hecho, en Europa, solo existe en el mercado un fármaco para "ayudar" a adelgazar (Xenical) cuya mayor virtud, no es precisamente la eficacia y cuyos efectos anti-obesidad son muy limitados.

Una vez aportados nuevos datos por el laboratorio que ha desarrollado el fármaco, Arena Pharmaceuticals of San Diego, que la propia FDA no autorizara la lorcaserina en 2010 y que la agencia antidroga estadounidense (DEA) quiera que se controle el posible abuso de la sustancia, han hecho que se despierte un gran interés por lo que podría ser el "tercer fármaco autorizado" para combatir el exceso de grasa. Cuyo nuevo examen por la FDA, para el estudio de las nuevas cualidades y circunstancias de la locaserina, esta previsto para este mes de julio, después de haber sido aplazado el pasado mes de abril.

En los dos principales ensayos clínicos que han evaluado sus efectos se ha observado una reducción media de peso del 5,8% en un año, frente al 2,5% de las personas a las que se administró placebo. Mientras que un 23% de quienes consumieron el fármaco perdieron al menos un 10% de su peso corporal. En al menos uno de los estudios, los efectos adversos más frecuentes que se detectaron fueron cefalea, mareo y náuseas (además de: hormigueo, insomnio, estreñimiento, sequedad, secreción nasal,...).

"Todo lo que supere un 5% es positivo, ya que se traduce en beneficios cardiovasculares, una reducción de la tensión arterial o del perfil del perímetro de la cintura", explica Albert Lecube, del servicio de endocrinología del hospital Vall d’Hebron, "aunque sea por los pelos, como en este caso".

El mecanismo de acción de este compuesto consiste en influir en las señales cerebrales relacionadas con el control del apetito y la saciedad. En concreto, interviene sobre la serotonina, un neurotransmisor que tiene un papel clave en la inhibición del apetito. Pero no de forma genérica, sino específicamente sobre el receptor 2C de la serotonina, el más relacionado con la saciedad.

La especifidad de la diana hacia la que se dirige el fármaco es un aspecto clave en todas estas sustancias que actúan en el sistema nervioso central y alteran procesos cerebrales complejos, como destaca Javier Salvador, presidente de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). Modificar este tipo de funciones es complejo porque además del hambre, también modulan la sed, el sueño, la temperatura corporal o la presión sanguínea, y es fácil provocar efectos indeseados.

De hecho, en los últimos años se han retirado de las farmacias varios medicamentos por este motivo. La Agencia Europea del Medicamento retiró rimonabant (Acomplia en su nombre comercial) en 2008, el "fármaco supresor del apetito". Su uso se vinculó con un aumento del riesgo de sufrir trastornos psiquiátricos graves, como ideas suicidas, en algunos pacientes. En 2010 sucedió lo mismo con la sibutramina (Reductil) después de 10 años de vida comercial al detectarse que su consumo elevaba el riesgo cardiovascular y que tras el tratamiento a largo plazo, la pérdida de peso conseguida era inferior a la esperada.
Enhanced by Zemanta

No hay comentarios:

Publicar un comentario